sábado, 27 de junio de 2015

Hospital de Sacerdotes Pobres, una joya escondida.

El acceso al Hospital se realiza a través de un pequeño adzucat con entrada por la calle del Trinquete de Caballeros.




En 1356 bajo el Obispado de Hugo de Fenollet (1348-1356), se creó la Cofradía de Santa María de la Seu, cuyo fin era dar asistencia y ayuda a los sacerdotes pobres de la ciudad. En 1394 se construyó un Hospital y una capilla dedicado a tal fin. De sus orígenes góticos apenas queda nada, ya que sufrió importantes reformas en los siglos XVII y XVIII que le dieron su actual configuración. 


Salus Infirmorum
Magnífico panel cerámico que nos da la bienvenida, compuesto por 154 azulejos en el que se representa el Escudo Real sujeto por un rampante león y la Tiara Papal llevada por dos ángeles con las llaves de San Pedro, simbología que nos lleva a la fundación del lugar por el Rey y la Iglesia, sobre ellos dos ángeles trompeteros y unos querubines rodean el anagrama de la Virgen María con corona real, Reina de los Cielos, bajo cuya advocación está la Cofradía. En la parte alta del panel, una cartela con la leyenda que da sentido al lugar "Salud de los Enfermos".


Enfrentado al panel antes descrito, se encuentra la puerta que da acceso a las dependencias de la planta baja, rodeada de azulejos con dos citas del Nuevo Testamento en las dos de pechinas que dominan respectivamente las alegorías de la Caridad y de la Hospitalidad (curiosa ésta por esa especie de botiquín farmacéutico que la acompaña) no son de San Pablo, sino de la Carta a los Hebreos (durante muchos siglos atribuida a él). Están tomadas respectivamente de los versículos 1 y 2 del capítulo 13: "Permaneced en el amor fraterno" (caridad) y "No os olvidéis de la hospitalidad", gracias a ella hospedaron algunos, sin saberlo a ángeles (hospitalidad).
La inscripción que domina el conjunto hace referencia a la imagen de la Virgen albergada en la hornacina: "Antiquísima imagen de la Santísima Virgen María bajo la advocación de la Providencia".
La imagen nos recuerda a la existente sobre la puerta que da a la calle del Trinquete de Caballeros y cuyo original se encuentra en el museo catedralicio.



Imagen original (Museo de la Catedral)


Panel que representa la Junta de cofrades en una de las sesiones de la Cofradía. La preside el canónigo-prior, y asisten a ella el clavario y los representantes de los brazos real y militar. Sentado aparece el secretario-escribano haciendo el acta y asomando por el lado derecho una sirvienta. En la parte superior el anagrama de la Virgen María y una cartela que dice: "Nobilitate sapientia pietateque magna" (Grande en Nobleza, Sabiduría y Piedad), sin duda con error pues realmente figura "pietatateque".

Junto a este panel se encuentra el acceso a la escalera que sube a la planta superior. Típicamente dieciochesca, el zócalo y la contrahuellas están chapados en cerámica. La barandilla es de filigrana de hierro forjado con pasamanos de madera al igual que los mamperlanes que protegen los cantos de los peldaños.



Enfrentando el panel anterior el Árbol de la Cofradía. Panel cerámico formado por 187 azulejos que en forma de árbol genealógico representa a personajes importantes en la vida de la Cofradía y del Hospital. En la parte inferior, a la izquierda la figura del rey Pedro el Ceremonioso, fundador del hospital,en el lado derecho el obispo de Valencia Hugo de Fenollet, cofundador, encima de estos el papa Calixto III con los reyes de Aragón y Navarra, y Alejandro VI junto a un cardenal y a un obispo, más arriba un grupo formado por canónigos generosos, Santo Tomás de Villanueva, el Venerable Agnesio, los beatos Gaspar Bono, Nicolás Factor, el Patriarca Juan de Ribera, San Luis Bertrán y la beata Margarita Agulló, y en lo más alto el rey Carlos II y su esposa, en el lado derecho la venerable Gertrudis Anglesola religiosa cisterciense, los venerables Gregorio Ridaura presbítero y beneficiado de la Seu, Domingo Sarrió y Joseph Climent.
En el centro que forma la copa del árbol, el anagrama de la Virgen María. 



Junto al rey Pedro el Ceremonioso dice: "Ego plantavi" (Yo planté) y junto Hugo de Fenollet dice: "Ugo rigavit" (Hugo regó)


En la cartela que figura en lo alto del panel cerámico se lee: "Incrementum dedit" (Dios lo hizo crecer). 




En la parte inferior, una cartela en el lado izquierdo nos dice: "Año 1356, se comenzó, y en el de 1394 se completó esta Real Casa, Hospital y Cofadria con Reales Decretos del Rey Dn. Pedro IV. de Aragon, y ásu exemplo se alistaron Cofadres los Reyes de Castilla, Leon, Navarra, Portugal, y otros, los Principes, Duques, Grandes, y Nobles."
En el lado derecho una cartela nos indica: "En dicho año 1356, el Illmo.Dn. Ugo de Fenollet Obispo de Valenª. aprobó esta Rl. Fundacion, que tiene por Cofadres, como se vé, Santos, Beatos, Venerables, Pontifices, Cardenales, Arzobispos, Obispos, y un sin fin Nº. de famosos Eclesiasticos."




En el claustrillo encontramos un bien dibujado panel Mariano grande con la plegaria de que la Virgen medie o interceda ante Dios por el clero, y debajo uno pequeño de carácter eucarístico, con un copón, la bonita inscripción de tres versos que supongo harán referencia a los tres "lugares teológicos" en los que, según la teología católica, se halla presente el Señor, si bien de diferente manera: la Eucaristía, la Escritura y el prójimo.


También en el claustrillo encontramos una bella colección de paneles ovalados con las 14 estaciones del Vía Crucis realizados en el siglo XIX.


La Capilla de la Comunión está cubierta con bóveda de cañón con lunetos y construida hacia 1686. La cabecera plana, está decorada formando un marco de azulejos que hace la función de retablo, sobre el que queda centrada una talla de la Virgen siendo coronada por la Santísima Trinidad. El zócalo de los muros laterales se adorna con grandes paneles cerámicos realizados con azulejos de Manises en el siglo XVIII con alegorías eucarísticas-marianas.



El hemistiquio tomado del Himno "Sacriis solemniis" del Oficio del Corpus atribuido a Santo Tomás, "Que todo sea nuevo", bien casa en esta ocasión con el contenido gráfico, que muestra arrojados por el suelo los diferentes símbolos del culto hebreo. El ángel leva además las espigas y las uvas relacionadas con la Eucaristía.
Muy curiosa, en el panel sucesivo, bajo la inscripción "Caeleste viaticum", la representación de la Eucaristía que surge de la esfera terrestre con alas y con el corazón encendido propio de la devoción al Sagrado Corazón. Desgraciadamente la lámpara tapa otra figura alada en el centro del panel.
Es de resaltar también el notable efecto del trampantojo arquitectónico que sugieren los zócalos y las volutas en correspondencia de la pilastra real de la esquina.



En el panel de la derecha, el texto "Umbram fugat veritas" también está tomado de un himno eucarístico atribuido a Santo Tomás, el "Lauda Sion" (aunque el versículo es preexistente), y significa "La verdad destierra las sombras". Las sombras parecen simbolizadas por los nubarrones que van levantándose sobre un campamento. El significado eucarístico, con todo, resulta patente, una vez más.


Sugestiva representación de la mística Ciudad de Dios en un paisaje marítimo (que continúa o procede del panel anterior, lo que proporciona un precioso efecto de profundidad y de "apertura" de los muros de la capilla) que, en mi humilde opinión, tiene indudables rasgos valencianos. A mí me parece ver en el campanario más alto de la izquierda bastante bien trazado el Miguelete, y a su izquierda la cúpula de los Desamparados. A la altura de la puerta, de indudable resonancia valenciana también, se encuentra un edificio, con ventanas en su parte superior, que recuerda en parte a la Lonja.
Curioso el detalle de la rama seca y cortada de cuajo como contraste con la lozanía de las flores variadas del jarrón.
En la pilastra, la cita explícita del Evangelio de Juan: "Porque mi carne es verdadera comida" (Jn 6, 55).



Siguen las alusiones eucarísticas (pero también marianas) con la ayuda esta vez de un versículo de los Proverbios (31, 14) en el que se compara a la perfecta ama de casa con una "nave de mercader que de lejos trae su provisión" ("panem", precisa la Vulgata). La nave, tan prolijamente representada (es increíble el detalle con que se tratan los cañones, el ancla, los fanales, el velamen, etc...), es claramente imagen de la Iglesia, y luce el estandarte con las siglas de María (a su vez imagen también de la Iglesia). La "carabela eucarística" fue un motivo recurrente en el barroco hispánico.


El pozo simboliza el agua viva de la que habla precisamente el versículo de Isaías (55, 1): "¡Todos los sedientos, venid a las aguas!". Sobre este capítulo del Deuteroisaías está construido el encuentro de Jesús con la Samaritana ante el pozo de Jacob en Sicar, en el que se simboliza el don del Espíritu en el agua viva que sólo Jesús da.


En el año 2003 se rehabilito y acondicionó el interior del edificio para residencia de sacerdotes mayores por el arquitecto Vicente Noguera Puchol. En la actualidad este antiguo Hospital de sacerdotes pobres recibe el nombre de Residencia San Luis Bertrán. 
Desgraciadamente y comprendiendo las limitaciones que su actual función impiden su libre visita, si que sería conveniente que se habilitaran días y horario fijo para poder contemplar esta joya de tan amplia historia y tan magnífica cerámica. En su interior se encuentra la celda que ocupara San Luis Bertrán hasta su fallecimiento en 1581 decorada también con valiosos paneles del XVIII. 



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lunes, 22 de junio de 2015

El Casino del Americano

"El Casino del Americano (1869) se descarta como sede de la Universidad Popular porque el ayuntamiento, que gastó 3,5 millones en adquirirlo, no tiene dinero para rehabilitarlo"

Así empezaba el artículo de Hortensia García en el Levante EMV del 24 de Junio de 2012, hace 3 años.

Ni que decir tiene que es cierto que no había dinero para su rehabilitación, la crisis estaba empezando a hacer mella, pero el palacete era propiedad municipal desde el 2009 y desde entonces, lejos de rehabilitarlo o hacerle un mínimo mantenimiento, ha ido degradándose por el abandono de estos años; su jardín, magnífico jardín con ejemplares más que centenarios se ha convertido en una pradera de malas hierbas, sus altas palmeras han sido atacadas por el picudo rojo y lucen como largos muñones, la desidia, la incultura, el abandono, han vuelto hacer presa en un patrimonio que por ser de todos parece que no es de nadie.
En 2009 en las Jornadas de Arquitectura Rural Valenciana celebradas en Paterna, Ana Mª Reíg presentó una comunicación con el título "El Casino de l’Americà: una vila indiana en el paisatge valencià" con el fin de dar a conocer la quinta y reclamar su protección, sin haber obtenido un resultado positivo ante la generalizada sordera institucional que hemos padecido durante el último cuarto de siglo, como a la vista está.
Entidades como Cercle Obert de Benicalap, Circulo por la Defensa y Divulgación del Patrimonio Cultural y activistas como Antonio Marín, y la escritora e investigadora Ana Mª Reig han hecho un gran trabajo de divulgación y de defensa del Casino del Americano sin que hasta ahora, desgraciadamente hayan sido coronados por el éxito sus esfuerzos.
El Casino del Americano, cuyo verdadero nombre es "Quinta de Nuestra Señora de las Mercedes", en honor de Dª Mercedes González-Larrinaga y Cruz, rica habanera de origen español, casada con D. Joaquín Megía y Ortega, militar destinado en la isla de Cuba que al retirarse en 1865 volvió a España con su familia, instalándose en Valencia.
Joaquín hizo construir la quinta sobre una parcela que adquirió en 1868 de 3 hectáreas en Benicalap, encargando el proyecto al maestro de obras D. Manuel Piñon y Canelles, quiso el propietario que la casa contará con todo tipo de lujos para que su esposa no hechara de menos la vida en la Habana, cumpliendo a la perfección el encargo.
El huerto fue la admiración en Valencia, pues si bien la burguesía se hacía construir quintas en las inmediaciones, Burjassot, Paterna, Godella... ninguna se había hecho con tanto lujo.
A día de hoy, según noticia aparecida en el Levante EMV, el Síndic de Greuges de la Comunitat Valenciana, José Cholbi, ha instado al Ayuntamiento de Valencia a solicitar a la Conselleria de Educación que inicie el procedimiento correspondiente para declarar Bien de Interés Cultural (BIC), paso que durante todos estos años no se había realizado. Esperemos el éxito de estas gestiones y la pronta rehabilitación y puesta en valor de la Quinta de Nuestra Señora de la Mercedes.



























Hace 6 años las palmeras lucían así de altivas y orgullosas, ojalá podamos volver a contemplar el esplendor, ahora apagado de esta magnífica Villa Indiana.





De no indicar lo contrario, todas las fotos han sido realizadas por el autor del Blog.